«I love bags: a question of leather». Las Curtidurías en Ubrique.

La primera documentación existente de fábricas de curtición en Ubrique data de 1752, dos curtidurías pertenecientes a María Viruez y Bartolomé Romero Asensio.
Existen en el registro la petición al ayuntamiento de Ubrique la concesión de las derramas de agua que se vertían al río para la utilización en la curtición 1911.
El proceso evolutivo de la curtición en Ubrique es debido a tener al alcance de la mano toda la materia prima con variados e importantísimos elementos curtientes: cal, sal y aguas (calcáreas) de sus caudales amplios y bien distribuidos por el pueblo. Así como la casca o corteza tánica utilizada para el proceso curtiente y tan abundante en el parque de los alcornocales.
La industria del curtido alcanzó su máximo apogeo 1873-1874. Con el paso del tiempo, es observado que la forma tradicional de producir los curtidos, requería mucho tiempo y mucho espacio. Como contrapartida no se podía satisfacer la demanda en los tiempos requeridos. Estos inconvenientes, unidos a que se rehúsan las nuevas técnicas curtidoras, determinan la pronta agonía del casi medio centenar de tenerías.
En el padrón del año 1950 existen documentados 35 curtidores siendo los últimos curtidores Angel Janeiro Rubiales y Jose Corrales.
En el 1931 existen registros de las quejas de los vecinos por las filtraciones y aguas residuales que podían ser foco de infección.
La evolución industrial hace que estos procedimientos desaparezcan, dando paso a nuevas formas, más técnicas, de conservación de las pieles, a las que Ubrique, renunció. Desapareciendo las tenerías de la localidad.

