«I Love bags: a question of leather» Desmitifiquemos la creencia de que se sacrifican animales para la obtención del cuero: la piel es un subproducto de la industria cárnica.

«I love bags: a question of leather».
Existe la creencia generalizada de que los animales son sacrificados para la utilización de la piel en productos de moda. Sin embargo la realidad es que el cuero del ganado vacuno, ovino, ciprino y porcino, los usados mayoritariamente en la producción de artículos de marroquinería, es un subproducto de la industria cárnica.
El ganadero cría ganado por su carne o su leche, no para la utilización de la piel. La piel es un subproducto: sin ganado criado para la alimentación no habría cuero ni piel para fabricarla. No obstante, no hay indicios de que vayamos a dejar de criar ganado para la alimentación en el futuro, porque el ganado es una fuente de proteínas y un gran impulsor social y económico. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el consumo de carne promedio per cápita creció desde los 36,4 kilos al año a finales del siglo XX hasta los 41,3 kilos en 2015. Los pronósticos de la FAO indican una cantidad de 45,3 kilos en 2030. El consumo de carne en el mundo ha crecido ininterrumpidamente durante las últimas cuatro décadas. Con la expectativa de que la población mundial alcance los 9 mil millones para 2050, los animales de granja serán esenciales para proporcionar alimentos y proteínas para este crecimiento. Por lo tanto la piel y el cuero como subproducto seguirán siendo una fuente de materia prima para la producción de cuero. Si dejamos de fabricar y usar la piel, no se detendría la producción de carne ni de lácteos para la industria alimentaria. Además no existe otro uso tan sostenible para tratar las pieles.
La fabricación de cuero moderno recicla más de 270 millones de cueros de vacuno cada año a escala global (datos de USA: 33 millones de pieles y 750.000 toneladas al año de CO2e, llenando además sus vertederos en menos de 4 años).
Sin la capacidad de la industria del cuero de transformar pieles, más de 7,3 millones de toneladas de residuo irían a parar a los vertederos, con un enorme impacto ambiental y biológico. Si no los convertimos en pieles usables por la industria marroquinería se desecharían, lo que crearía un gran problema de emisiones de gases de efecto invernadero, estimado en 6,6 millones de toneladas al año de CO2e. La cantidad de ganado la determina la demanda de carne y leche. Si dejamos de fabricar y usar la piel, no se reducirá la cantidad de ganado que se cría.
El cuero por tanto, hace una contribución sostenible a una sociedad que necesita consumir menos, reutilizar más y reciclarlo todo.
Texto apoyado en información facilitada por el Barcelona Leather Cluster. www.leatherbarcelona.com

